domingo, 22 de junio de 2014

Todos los Caminos conducen al Capac Ñan


Todos los Caminos conducen al Capac Ñan

Una de las obras de ingeniería más asombrosas que ha visto el mundo

entrada al valle glaciar de Cuchi Corral

Conocer los andes y caminarlos, palmo a palmo, significa reconocer la inmensidad de sus cadenas montañosas y los senderos que las cruzan como abriendo espacios en donde todo es claro, abierto y, a la vez, sinuoso y místico porque, como sabemos quienes los hemos surcado, en las montañas andinas toda dualidad se lleva al extremo para anularse y reconocerse “caras” de una misma Verdad.
Por esto, tener la fortuna de recorrer algunas porciones del llamado Capac Ñan, Camino del Inca o Camino Real, en nuestro Ecuador y, sobre todo, en el centro sur de este país infinito, es un ejercicio de encuentro o, mejor, de re-encuentro con las raíces que nos definen desde lo que algunos llaman determinismo geográfico y que, desde otra perspectiva, no es sino el resultado de una lectura profunda y pasiva de aquello que nos define reflectando la infinidad que somos merced a, nuevamente, las montañas y su inacabable vaivén, los ríos que las surcan -continuos- como labrando la linealidad del tiempo que, además, vuelve en los ciclos que asume el agua completando la espiral y, así mismo, las lagunas, praderas, pajonales, bosques y todos los elementos que conoce esta tierra nuestra desde donde levantamos la mirada para reconocernos parte de este ecosistema con los “cachetes colorados” y los pulmones amplios de tanto respirar alturas.



Y en nuestra región existen algunas posibilidades para caminar el Capac Ñan, como en la hoya del río León, pasando por las ruinas de Dumapara o en la parroquia de Molleturo, para llegar a lo imponentes vestigios de Paredones de Molleturo y su vía de acceso hacia la costa, utilizando el camino ancestral o, del tramo que vamos ahora a tratar, la ruta que va de Achupallas, al norte, cerca de Alausí hasta el Complejo Arqueológico de Ingapirca y su imponente Castillo de traza elíptica.

De Achupallas a Ingapirca, pasando por la gran Culebrillas

 
vista del valle, río y laguna de Culebrillas

Una de las caminatas más hermosas que he tenido el placer de realizar es ésta que une los puntos entre Achupallas, el hermoso y pequeño pueblo que pareciera haber detenido el tiempo sobre sí e Ingapirca, el imponente Complejo Arqueológico de la vecina provincia del Cañar.

La primera vez que hice este recorrido, hace cerca de 10 años, trabajaba como guía de turismo y, en una de esas maravillosas aventuras que ese trabajo convida salí con 4 pasajeros e hicimos la travesía en 3 días y, para coronar la experiencia, pernoctamos en la laguna de Culebrillas la noche y amanecer del solsticio de verano, lo cual nos brindó un espectáculo maravilloso ante el cual, lo recuerdo con nitidez, los 4 pasajeros, el guía nativo y quien escribe estas líneas lloramos extasiados por el espectáculo que la naturaleza nos convidó.

atardecer solsticial en las ruinas incas de Paredones


La segunda vez (o tercera, ya no sé), fuimos de paseo con los amigos de siempre, es decir, los amigos de montaña, aquellos con quienes mantenemos un lema en son de broma: “si durante el paseo no te arrepientes por lo menos 3 veces de haber venido, no es buen paseo…”. Y, claro, la experiencia, de nueva vuelta, fue desafiante y gratificante en igual medida.

La caminata no es demasiado exigente, salvo algunos tramos como en el primer día en donde se enfrenta uno a una cuesta temible de cerca de 4 horas la cual, a no dudarlo, pone en manifiesto tesón y voluntad del caminante. Luego de ella sigue una hermosa planicie que atraviesa un valle glaciar en el cual encontramos un grupo de ruinas conocidas como Cuchi Corral en las cuales se acampa y, si la suerte acompaña y la noche es despejada, se observa el concierto cósmico de la noche andina. Para el día siguiente, una nueva cuesta: la ascensión al 3 cruces, a los 4500msnm y desde donde se tiene una vista inenarrable del valle, río y laguna de Culebrillas, sagrada para la cosmovisión Cañari e Inca y en la cual, o mejor, cerca de la cual se descansa y acampa después de cerca de 7 horas de camino.

llegando a Cuchi Corral

porciones del empedrado inca del Capac Ñan



Al amanecer del tercer día (se puede hacer en dos días, a un paso ajustado), junto a las ruinas Incas de Paredones de Culebrillas y tras un merecido descanso, se parte hacia Ingapirca, el Castillo del Sol y la Cara del Inca utilizando, como durante todo el trayecto, partes visibles del Capac Ñan que nos deslumbra en su dimensión y perfección porque, como dijo un amigo en uno de estos paseos: “es increíble que hayan logrado en-rectar a los andes…”.


la laguna sagrada de Culebrillas


el tambo inca de Paredones


3 días para deslumbrarse con una de las mayores obras de ingeniería que ha conocido el hombre, para sumergirse en los más deslumbrantes paisajes imaginables y para compartir entre amigos los retos que las aventuras en la naturaleza ofrecen, a tan solo un par de horas de Cuenca y lo que resulta una aventura para recordar el resto de la vida: el Capac Ñan, el Camino que lo resume Todo.

el castillo de Ingapirca, el Capac Ñan que accede al mismo y el atardecer de solsticio



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