viernes, 11 de abril de 2014

Logroño de los Caballeros, un sueño de colores


Logroño de los Caballeros, un sueño de colores

La plaza central es un mosaico de formas, colores y texturas




En el recorrido por los principales atractivos turísticos que emprendimos, días atrás, junto a personal de la CZ6 del MINTUR, a lo largo de la provincia verde, Morona Santiago, tuvimos la suerte de evidenciar tantos milagros naturales, entre cascadas, ríos, nevados, cuevas y un sin fin de otros rincones mágicos de la Amazonía que, al recordarlos, me parece un sueño continuo y lúcido, cámara y papel en mano.
Y recuerdo el comentario de un amigo, guía especializado en observación de aves, que decía que en el oriente los atractivos son, puntualmente, todas las variedades que la naturaleza dispone, es decir, todo lo imaginable. Claro que tiene razón, o para ser más preciso, tiene una parte, su parte de la razón ya que seria necio dudar siquiera que el oriente ecuatoriano es como una fábrica abierta para evidenciar los procesos ecológicos que nuestro planeta atraviesa y atravesó, con toda la belleza que ello contiene, pero no podemos dejar de lado la riqueza cultural de su patrimonio tangible e intangible y no únicamente de los grupos humanos Shuar, Achuar o Waoranis, sino la riqueza de los grupos mestizos que, en algunos casos, acompañan esta armonía selvática en sus intervenciones humanas como es el caso de la plaza central de Logroño que es, como dijera el poeta, “como un sueño hecho a mano...”. 

Logroño, aguerrido orgullo para un pueblo con historia

Un recorrido breve para observar varias especies de aves


 

En tiempos de los expedicionarios españoles que “colonizaron” siglos atrás estas bastas extensiones de selva ecuatorial, cuentan las crónicas que en algunos casos la aventura les resultó más ardua e ingrata (dependiendo del lado del que se la vea, claro) que en otros ya que, en ciertos lugares se encontraron con aguerridos pobladores que defendieron su territorio como es el caso de los antiguos habitantes de lo que se llamó, españolamente hablando, Logroño de los Caballeros, asentamiento que fue re-conquistado por los indígenas nativos quienes diezmaron y expulsaron a las huestes españolas afincadas en sus tierras, mismas que ha sido habitadas por grupos Shuar desde hace presumiblemente 500 años atrás.
Algunos dirán que de nada sirvió aquella “proeza” de los indígenas nativos, teniendo en cuenta el curso posterior de la historia… sin embargo, al platicar con la gente que habita este cantón se puede advertir una suerte de orgullo re-establecido, intacto podría decir desde un romanticismo tan verde como su entorno ya que, simbólicamente, existen gestos históricos que revisten su importancia no tanto en su eco inmediato, sino en las semillas que quedan pululando el ambiente para generar diferentes formas de interactuar con el flujo siempre cambiante de los sucesos. En el caso de los habitantes de Logroño (se reconoce un 70% de población Shuar, aproximadamente), es importante decirlo, se percibe una altivez en su proyección cada vez que alguno, de aquellos que lo recuerdan escuchado en su infancia, relata esta historia, lo cual es, resulta obvio decirlo, saludable.

Logroño, la irrealidad vuelta plaza

Todo el color y la vida del oriente “dibujados” en los jardines de un parque central


 
Pero en este breve relato nos ocuparemos del otro 30% de la población, los mestizos llegados a estas tierras hacia los años 30´s del siglo pasado y que se asentaron el la cabecera cantonal Logroño, en donde la plaza central se muestra como una joya para el turismo del Ecuador. Y es que esta plaza pareciera ser un resumen de la fiesta del color que representa la Amazonía que, al visitarla, no se puede uno dejar de extasiar ante la cantidad de plantas y aves que entre ellas habitan, como si lloviera pájaros, recordando la broma que, años atrás, haría un amigo en el Parque Nacional Podocarpus, Guardería Bombuscaro.

Esta hermosa plaza central fue concebida y construida hace cerca de 3 años, como parte de una apuesta hacia el turismo nacional e internacional que se conjuga con los otros atractivos que tiene este cantón, como las cuevas del Logroño (de las cuales nos ocuparemos en otro reportaje), ubicadas a 2km de la plaza; la parroquia Yaupi habitada por la cultura Shuar y, en fin, la belleza de su río, la extensión de sus bosques, la blancura de sus cascadas y la mega-biodiversidad que encontramos palpitante en cada lugar que posemos la mirada.  Pero retomando el parque central, podemos y debemos decir que la arquitectura que dibuja amalgama lo moderno con lo tradicional, tanto en su puesta en escena como en los materiales que utiliza, como la piedra central de la plaza (gigante) que fue traída del río Upano.  Así, a sus 600 msnm., la plaza reboza de plantas nativas ornamentales, como anturios, bugambillas, heliconias, palmas, etc.
Una plaza multicolor, rebosante de vida y brincos de vida porque, recorriéndola en silencio, la cantidad de aves que cruzan de una a otra planta es, simplemente, cautivante.

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